Ya están en los Juegos Olímpicos, pero en CONCACAF, hay un campeonato que ganar.

La Selección Mexicana jugará la final del Preolímpico hacia Tokio 2020 (el nombre se mantiene, aunque se pospuso un año) contra Honduras, el equipo que sorprendió al eliminar a Estados Unidos en semifinales y se acreditó para jugar los Olímpicos, algo a lo que ya empieza a acostumbrarse.

México sub-23 ha ganado todos sus juegos de este torneo en Guadalajara y lo hizo por goleada contra República Dominicana (4-1) y Costa Rica (3-0). Estados Unidos se le complicó por momentos (1-0) y ante Canadá (2-0) no tuvo mayores problemas. Sí, el equipo de Jaime Lozano ha arrasado tanto ofensiva como defensivamente, por lo que los jóvenes hondureños deberán dar su mejor partido para ganar.

El conjunto centroamericano también está invicto: venció a Estados Unidos en su último partido, ganó a Haití al principio del certamen e igualó sus dos últimos compromisos por la fase de grupos contra El Salvador y Canadá. Ahora, ya con el objetivo cumplido de clasificar a los Olímpicos de Tokio, el conjunto que dirige Miguel Falero tiene todo que ganar en esta gran final en el Estadio AKRON.

Honduras sabe que México es favorito, pero también tiene una memoria cultural y futbolística de lo que es jugar ante el Tri, cómo desquiciarlo, cómo limitarlo y cómo lograr que esos 71 millones de euros de diferencia en cuanto a plantilla (según Transfermarkt) se sientan menos dentro del terreno de juego.

Es la nueva generación de México y Honduras, jugadores que seguro se verán mucho en los próximos años.