Por Héctor Cantú
Varios jugadores no estuviron a la altura del partido
La Selección Mexicana se clasificó al Final Four de la CONCACAF Liga de Campeones, luego de empatar 2-2 con Jamaica en una triste noche del equipo mexicano en el Estadio Azteca.
A diferencia del partido contra Surinam, Diego Cocca utilizó en el equipo titular a la base que participó en el Mundial de Catar 2022 y de nueva cuenta, el desempeño de varios jugadores estuvo muy por debajo del nivel esperado, tanto en lo individual como en lo colectivo.
La zaga defensiva sigue siendo el ‘talón de Aquiles’ del equipo tricolor. Jorge Sánchez volvió a quedarse corto en cuanto a las acciones encomendadas. El exjugador del América solo pudo recuperar dos balones y apenas alcanzó el 87 por ciento de efectividad en sus pases. A la hora de centrar, no tuvo el tino y solo logró tres centros correctos al área rival.
Edson Álvarez quedó también señalado en el partido. Más allá del desafortunado autogol que obligó al Tri a buscar el tanto del empate, el jugador del Ajax tuvo muy poca participación a la hora de contener a los rivales y tampoco fue tan preciso en sus pases hacia adelante para abrir huecos que pudieran fructificar en anotaciones para los locales.
La delantera tampoco estuvo acertada. México generó 20 disparos al arco rival de los cuales solo 4 fueron a puerta. El resto salieron desviados dejando en claro que hay mucho que trabajar en la definición.
En este rubro, las aportaciones de Raúl Jiménez también quedaron subrayadas en rojo. Aunque entró de relevo sustituyendo a Henry Martin, el jugador del Wolverhampton volvió a demostrar que no está en buen nivel y su olfato goleador ha decrecido de forma considerable.
Jiménez, quien prácticamente jugó media hora, no logró anotar ninguna de las tres opciones claras de gol que tuvo. Por el contrario, Jiménez no recuperó ninguna pelota, se ganó una tarjeta amarilla y se marchó del césped del Estadio Azteca, donde en el pasado marcó goles de alta calidad, abucheado por su pobre desempeño.
En términos generales el equipo mexicano vivió una tarde de poco brillo. El tener que remar contracorriente en dos ocasiones les impidió hacer un partido mucho más pulcro que les llevara a celebrar con la gente que prácticamente llenó el Estadio Azteca.