Por Héctor Cantú
Al equipo de Martino le quedó un sabor de boca amargo tras perder la Nations League
En la Selección Mexicana hay un mal sabor de boca después de haber perdido la final de la Nations League ante su acérrimo rival, Estados Unidos.
Más allá del resultado, la amargura proviene por las formas y por no haber podido capitalizar la superioridad que mostró el Tri durante los 120 minutos que duró el partido.
El Tri cometió errores inadmisibles que costaron caro: balones perdidos en la salida, tiros de esquina regalados, fallas de comunicación y una pésima marcación a la hora de defender, terminaron por pasarle factura al equipo de Martino.
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Sin embargo, las sensaciones al interior del equipo no son tan pesimistas. Existe la conciencia de que hay mucho trabajo por hacer en la primera zona del equipo, pero también se concluye que se hizo un partido interesante, de alta intensidad, y donde los pupilos de Martino terminaron por imponerse a un equipo de Estados Unidos plagado de jóvenes.
Sobresaliente resultó el trabajo de Hirving Lozano, Diego Lainez, quien entró de cambio, Edson Álvarez y Héctor Herrera. Quedaron a deber Luis Rodríguez Uriel Antuna, Carlos Rodríguez y Héctor Moreno, futbolistas que mostraron su cara errática y que no estuvieron a la altura de una final ante el acérrimo rival.
A México le quedan unas cuantas semanas para recomponer el camino, trabajar en los aprendizajes que dejó este partido para preparar la Copa Oro, donde podría darse la posibilidad de una revancha ante el equipo de Berhalter.