Por EFE
El cuadro londinense se fue con las manos vacías en la penúltima jornada del año
Pese a la enésima genialidad de Cole Palmer esta temporada, el Chelsea sucumbió frente al Fulham (1-2) castigado por especular en la segunda parte, en la que el equipo de Marco da Silva remontó un tanto en contra para dar la campanada con el acierto del brasileño Rodrigo Muniz a los 95 minutos.
Muy bien en la primera parte, con un gran gol de Palmer, el Chelsea jugó con fuego y se quemó. Pasó de dominar el partido con claridad a dar un paso atrás en la última media hora y pagarlo muy caro, porque el Fulham no se amilanó para lograr su primer triunfo de la historia en Stamford Bridge y colocar a su rival en un compromiso: si el Liverpool gana al Leicester, terminará la jornada a siete puntos del líder con un partido más.
De todas formas, la pasada jornada el Chelsea ya tuvo un aviso: pinchó frente al Everton (0-0) y cerró una racha triunfal de cinco victorias consecutivas en la Premier League y un total de ocho en partidos oficiales. Por eso, el equipo de Enzo Maresca quería demostrar que esa racha no era una casualidad y sí una tendencia realista para pelear el título al Liverpool.
Pero el Fulham no era un rival asequible. Inmerso en la pelea por abandonar la zona intrascendente de la clasificación, con anterioridad plantó cara a rivales como el Liverpool o el Arsenal, ante los que hace muy poco consiguió empates muy valiosos.
Maresca, ante la incertidumbre de un equipo inesperado, con piezas muy valiosas como Raúl Jiménez, Andrea Pereira o Alex Iwobi, gente veloz, vertical y valiente, decidió no hacer experimentos. Sólo hubo una variación en su once, el regreso de Marc Cucurella al lateral izquierdo tras cumplir un partido de sanción. Axel Disasi fue el sacrificado y Levi Colwill pasó al centro de la defensa.
El resto del once, fue el mismo que pinchó con el Everton y mantuvo la misma filosofía de su exitosa racha: fútbol eléctrico a una velocidad endiablada, con Enzo Maresca, Jadon Sancho y Palmer como principales agitadores y con una presión asfixiante de la que, sin embargo, en ocasiones consiguió superar el Fulham.
De hecho, Raúl Jiménez, con un disparo excesivamente cruzado, quien acarició el gol para su equipo, capaz de asustar al Chelsea pese a su dominio general de la situación. El atacante mexicano no dio en la diana, algo que sí hizo muy poco antes, exactamente a los dieciséis minutos, Palmer.
De nuevo, la perla del Chelsea marcó la diferencia. Sin duda, el internacional inglés está en el mejor momento de forma de su carrera. No perdona ni una y en esta ocasión retrató a Andreas Pereira y a Sassa Lukic, que vieron pasar una sombra fugaz a la que no pudieron frenar. Por el centro, al borde del área, Palmer se zafó de ambos y con un zurdazo, que más bien fue un pase a la red, batió a Leno para abrir el marcador.
Ese tanto no fue un tanto cualquiera, porque Palmer sumó su gol número 26 en 2024 para superar un registro de su club en poder de Jimmy Floyd Hasselbaink desde 2001. Ambos estaban igualados con 25 dianas como los máximos goleadores históricos del Chelsea en un año natural en la Premier League.
Ese gol de récord permitió al conjunto londinense ponerse por delante en el marcador. Y no levantó el pie del acelerador, decidió no especular. Siguió a lo suyo, con ese fútbol de ida y vuelta en ocasiones peligroso pero que dominó hasta el descanso, al que se pudo ir con un 2-0 a favor si Cucurella no hubiese fallado un cabezazo a bocajarro que salvó Leno con una gran intervención.
Y así llegó el Fulham al segundo acto, vivito y coleando, con ganas de dar la sorpresa en Stamford Bridge, aunque aún tuvo que sostener un arranque intenso del Chelsea, que pudo marcar con un disparo de Enzo Maresca desde fuera del área y que vio como unt anto de Colwill fue anulado por claro fuera de juego.