Cuando México obtuvo la clasificación a los Juegos Olímpicos Tokio 2020 fue un auténtico suceso. El triunfo 3-2 sobre los Estados Unidos llegó en el momento preciso y la historia estaba escrita.

Nada que ver con lo sucedido en Japón, donde la novena mexicana perdió sus tres partidos: 1-0 ante República Dominicana, 7-4 ante Japón y un humillante 12-5 ante el representativo de Israel.

¿Dónde se perdió el camino?, ¿por qué si incluso se habló de que había posibilidades de medallas en Tokio no sucedió nada de lo que se esperaba?

El equipo estaba listo, el manager Juan Gabriel Castro comenzó a hacer su planeación para poder llegar en buen momento a la cita olímpica. Lamentablemente vino la postergación debido a la pandemia y ahí comenzó el desastre.

Castro, quien es coach de infield de los Philadelphia Philies de MLB, anunció a principios de junio, que había sido cesado por parte de la Federación Mexicana de Beisbol y que no estaría más en su cargo.

Esto provocó la llegada de Benjamín Gil al mando de la novena mexicana, quien descartó a gran parte del equipo que logró la clasificación, para utilizar en su mayoría a elementos de los Tomateros de Culiacán, equipo que dirige en la Liga Mexicana del Pacífico.

El experimento no funcionó y lamentablemente la participación de México en los Juegos Olímpicos tuvo muchas penas y ninguna gloria.