La Selección Mexicana consiguió su primer oro en futbol en los Juegos Olímpicos en Londres 2012 con una generación llamativa, pero con pocos pronósticos positivos en sus maletas.

Una historia muy diferente a la que se escribió en 1996 con un equipo plagado de grandes nombres que no pudo llegar al podio.

En aquella justa veraniega, México quedó ubicado en el Grupo C, donde compartió sitio con Corea del Sur, Italia y Ghana. La tarea, era nada sencilla para el equipo que en aquellos años comandó Carlos de los Cobos.

Aquel equipo, conformado por 22 jugadores, terminaría por ser la base del futuro del Tri que hizo un papel memorable en Francia 1998 y que un año más tarde derrotaría a Brasil en la final de la Copa Confederaciones en el Estadio Azteca.

México hizo una fase de grupos cumplidora y quedó ubicado en la primera posición del sector luego de una victoria, ante Italia y dos empates ante los africanos y asiáticos.

Sin embargo, el sueño se derrumbó en los cuartos de final. Los caprichos del futbol lo enfrentaron en esa llave con una polémica Nigeria donde brillaban Wilson Oruma y Jay Jay Okocha.

Aquel equipo terminaría por colgarse la medalla de oro por primera vez en la historia, al derrotar a Argentina en el partido por el primer lugar y luego de dejar enterrado a Brasil en las semifinales.

Veinticinco años después, México vuelve a tener un representativo en la ronda de eliminación directa en Juegos Olímpicos. Ahora, deberá enfrentarse a Cora del Sur, una selección a la que nunca le ha ganado en la justa olímpica y a la cual tampoco le ha marcado un solo gol.

La de 1996 era una generación dorada, de futbolistas que años más tarde conformaron la élite del futbol mexicano. Si la suerte hubiera sonreído de otra manera, probablemente, la de 2012, habría sido la segunda presea mexicana en futbol olímpico.