Por EFE
Recordamos aquel duro momento del 'mago' francés que dejó a Francia a la deriva
El mundo creyó a Zinedine Zidane un dios del futbol. Un mago imposible de igualar. Un fuera de serie que pocas veces se equivocaba dentro de la cancha. Al menos así fue hasta la final de la Copa del Mundo de Alemania 2006, el día en que ‘Zizou’ se volvió terrenal.
Cada cuatro años se recuerda aquel episodio negro, cuando en tiempo extra y con el marcador empatado entre Italia y Francia, al borde de los penales, Marco Materazzi logró sacar de sus casillas al ídolo de Francia, el capitán… el hombre destinado a llevar al combinado galo a levantar su segunda Copa del Mundo.
Materazzi y Zidane marcaron los dos goles del partido en tiempo regular. Zidane, de penal y Marco con un certero testarazo.
El resto es una historia que hoy recordamos, que termina con Italia levantando la Copa del Mundo y Francia, junto a Zidane, hundidos en el lamento y los sinsabores de un subcampeonato.