Por Héctor Cantú
El delantero vive momentos duros en su situación médica
Luis Suárez podría convertirse en las próximas horas, en el nuevo refuerzo del Inter Miami de la MLS, luego de que horas atrás se despidiera el Gremio de Porto Alegre.
Sin embargo, la versión física que llegaría al futbol de los Estados Unidos del Pistolero, sería una muy deteriorada debido a sus dolencias de rodilla que le aquejan desde meses atrás y que, incluso, puso en peligro la continuidad de su carrera.
En una entrevista, el exjugador del Barcelona y gran amigo de Lionel Messi confesó que los dolores que sufre son tan críticos que está obligado a inyectarse antes de cada partido y a tomar pastillas para disminuir el dolor.
“Días antes de cada partido tengo que tomarme tres pastillas y horas antes del juego me tienen que inyectar, si no, no puedo jugar”, reconoció un Luis Suárez abatido por la lesión.
En la misma entrevista, el uruguayo, quien recientemente regresó a las convocatorias con la Selección de su país, confirmó que hay días en que le cuesta trabajo caminar y que no puede jugar al futbol con su hijo como él quisiera.
“Tengo que pensar que en cinco años igual no puedo jugar al fútbol con mis amigos. La verdad es que los primeros pasos de la mañana son muy dolorosos. El que me ve piensa que es imposible que juegue un partido. Mi hijo me pide para jugar con él y no puedo”, agregó.
Luis Suárez se perfila para convertirse en el nuevo socio de Lionel Messi en el Inter Miami, un equipo con el que no tendría tanto desgaste futbolístico y que le permitiría mantenerse vigente al lado de uno de sus grandes amigos de vida.