Los Seattle Mariners caían 2-1 en la octava entrada ante los Athletics, el mexicano de origen cubano Randy Arozarena fue a la goma y estaba listo para batear. Su cuenta era 0 bolas y 2 strikes, por lo que corría el riesgo de ser ponchado.

Pero el milagro ocurrió. Randy conectó con furia la pelota y mandó un gran batazo hasta las tribunas con un home run solitario.

Sus compañeros salieron de inmediato del 'dogout' a felicitarlo, mientras que los aficionados celebraban con todo el empate.

Como suele suceder con Arozarena, al llegar con sus compañeros hizo su tradicional festejo con los brazos cruzados. Buen inicio para Randy, que le puso el toque mexicano y cubano al 'Opening Day'.