Al principio de su transición a las Grandes Ligas, Roki Sasaki enfrentó una dura prueba en el partido del sábado contra los Phillies en el Citizens Bank Park.

Era apenas la tercera apertura de Sasaki en las Grandes Ligas, pero las otras dos no habían sido particularmente buenas.

Lanzó tres entradas aceptables de una carrera en su debut en las Grandes Ligas en Tokio, pero sus dificultades se hicieron evidentes en la siguiente salida, cuando el jugador de 23 años permitió un par de carreras en una errática entrada y dos tercios en el Dodger Stadium.

El control fue un problema subyacente, ya que Sasaki dio nueve bases por bolas en las dos aperturas y tuvo dificultades para convencer a los bateadores rivales de que le tiraran a su errático splitter.

Se mostró mucho más preciso en su prueba más difícil hasta el momento, limitando a los Phillies a una carrera, tres hits y dos bases por bolas en más de cuatro entradas. Ponchó a cuatro y salió en el quinto entre un coro de abucheos de la primera multitud realmente hostil frente a la que lanzó como jugador de las Grandes Ligas.

El home run de dos carreras de Kiké Hernández en la segunda entrada y el home run en solitario de Michael Conforto en la sexta respaldaron el gran esfuerzo de Sasaki, que puso a los Dodgers de nuevo en la senda de la victoria, 3-1, preparando un partido decisivo en el último juego del domingo en Philadelphia