Por Oscar Sandoval
PSG venció a Monaco y tiene una ventaja de 10 puntos sobre el segundo lugar, Marsella
En el momento imprevisible en el que se mueve el Paris Saint Germain, sus partidos emulan de nuevo a una montaña rusa, por la que transita a trompicones, de la misma forma que sorteó la exigente visita al Mónaco, al que se adelantó por 0-1, con el que sufrió la remontada y al que finalmente doblegó a última hora por 2-4 con el empate clave de Ousmane Dembele y el 2-3 de la victoria de Gonçalo Ramos.
Surgió a tiempo. Su cabezazo cuando el partido enfilaba su tramo final sin un horizonte nada claro para el conjunto de Luis Enrique no sólo fue la liberación para el campeón francés, sino también para él y para cada uno de los futbolistas del PSG. A la vez, fue una especie de sentencia para el campeonato, disparada ya su ventaja hasta los diez puntos, aunque con un partido más que Marsella, segundo en la tabla. El Mónaco se queda tercero. Muy lejos.
El PSG ganó un partido que dominó al principio y sintió en peligro en el desarrollo. Su puesta en escena fue prometedora, incluso tomó ventaja en el marcador. Después de un remate al poste al principio y de una carrera trepidante de Bradley Barcola, cuyo remate escorado terminó en la buena parada de Kohn, se sobrepuso a la lesión de Gianluigi Donnarumma con el 0-1 de Desire Doue.
PSG reincidió en su irregularidad de toda la temporada. De pronto, en el comienzo del segundo tiempo, un penalti desafortunado, por un rebote que impactó en la mano de Marquinhos, reabrió el encuentro con el 1-1 de Ben Seghir. El lanzamiento de su pena máxima fue perfecto, imposible para Safonov, que adivinó el lado del disparo.
Era el minuto 53. Aún fue más allá el Mónaco, que marcó el 2-1 a la hora de partido, con un centro desde la banda izquierda de Akliouche que tocó lo justo dentro del área Embolo para poner contra las cuerdas al París Saint Germain, que se repuso de inmediato: el gol clave fue de Dembele, que igualó de nuevo el duelo apenas tres minutos después al aprovechar un rechace.
Un 2-2 crucial contra el nerviosismo y las dudas que sobrevuelan en cada lance sobre el París Saint Germain, que logró el triunfo con el cabezazo de Gonçalo Ramos, sustituto de Doué y goleador a los tres minutos de entrar al campo, y que sentenció, ya en el 97, con el segundo tanto del partido de Dembele para consolidar aún más al único favorito al título, el PSG, entre la polémica de un penalti reclamado por el Mónaco antes del 2-4.