Por EFE
El argentino no encuentra la luz como jugador del PSG
Sin suerte (otro disparo al larguero, el segundo esta semana), sustituido cuando el partido agonizaba y lucía un empate en el marcador, Lionel Messi no vivió una jornada brillante con el París Saint-Germain, que ganó 2-1 al Olympique Lyon con un tanto sobre la bocina de Mauro Icardi que asentó en el liderato al conjunto de Mauricio Pochettino.
La noche mágica de Messi que esperan en el Parque de los Príncipes tendrá que esperar. Como casi siempre, el jugador argentino rindió a buen nivel, pero no el suficiente que quieren en París. Poco a poco trata de aclimatarse y en su quinto partido con la camiseta del cuadro francés volvió a quedarse sin marcar. Además, sustituido por Achraf en el minuto 76. Se marchó con semblante serio. No parecía contento.
Entre Neymar y Kylian Mbappé, con la aparición salvadora de Icardi, el PSG consiguió sacar adelante un encuentro complicado en el que Lucas Paquetá generó ansiedad en su rival después de abrir el marcador para el Lyon al inicio de la segunda parte.
Neymar, un constante incordio para sus rivales, se echó el equipo a la espalda. En el primer acto, asistió de tacón a Messi, que falló en un mano a mano frente a Anthony Lopes y después se encargó de empatar desde el punto de penalti.
Messi, como ante el Brujas en la Liga de Campeones, también se encontró con el larguero en uno de sus intentos. De falta, magistral, mandó un lanzamiento a la cruceta antes del descanso. Fue su ocasión más clara para marcar su primer tanto en las filas del PSG, pero tuvo que ser Neymar, después, quien consiguiera apagar el incendio generado por el Lyon.
Aún así, el empate no bastaba a un equipo que lo tiene que ganar todo. Icardi, que saltó al campo por Ángel Di María para pelear los últimos diez minutos, se encontró con una asistencia de Mbappé por que no desaprovechó. El 2-1 desató la locura en el Parque de los Príncipes. Era el minuto 94 y, justo después, el árbitro pitó el final. El PSG sufrió, pero impuso la lógica mientras Messi celebraba la victoria fuera del terreno de juego.