¿Satisfechos? Cruz Azul le metió ocho goles al Arcahaie en la CONCACAF

Ocho goles y una posesión de balón abrumadora. Cruz Azul cumplió.

Pese al sorpresivo 0-0 en el juego de ida en República Dominicana, La Máquina aplastó al Arcahaie de Haití en el partido de vuelta por los octavos de final de la Liga de Campeones de CONCACAF.

Con esta victoria escandalosa, en el juego más ‘fácil’ en la temporada hasta ahora, La Máquina se declara lista para el duelo más duro del año, el clásico joven contra el América el fin de semana.

Pudo ser la altura de la Ciudad de México o que finalmente las enormes diferencias entre ambos equipos salieron a flote, pero el conjunto cementero hizo tres goles en el primer tiempo y cinco en el segundo. El tanto que inauguró la pizarra fue de Alexis Gutiérrez, cuando el portero Marcelin salió a recoger un centro, pero el balón se le coló entre las manos para que el juvenil celeste lo empujara.

Al 10’ Yoshimar Yotún puso el 2-0 tras un cabezazo al primer poste y al 25’ un golazo de volea (cruzado y con poco ángulo) de Elías Hernández rompió el listón de la goleada en el Estadio Azteca.

En el complemento (49’) Walter Montoya aprovechó que Santiago Giménez recuperó el balón tras un terrible pase retrasado hacia el arquero y solo definió hacia el marco. El 5-0 fue de José Reyes tras una gran jugada individual y pase de Giménez. El sexto llegó tres minutos después tras otra asistencia de ‘Santi’ hacia Montoya, quien solo tuvo enviar al balón a las redes.

El séptimo tanto fue de Brayan Angulo (69’) y el octavo de Juan Escobar, quien sacó un riflazo hacia el centro que no pudo controlar el cancerbero, quien al menos ya no recibió más castigo en los últimos 15’.

La Máquina está en los cuartos de final de la Liga de Campeones de CONCACAF y podría tener un gran desafío en esta instancia, pues podría tocarle León, campeón de la Liga MX, si le gana a Toronto.

Cruz Azul dejó tendido en el campo a un equipo que no tenía los recursos para viajar a México y tuvo que pedir ayuda de CONCACAF. Lo goleada era de esperarse y La Máquina cumplió con sus suplentes.