Quiso hechizar a Sergio Ramos, pero Nahuel Guzmán fue quien terminó cayendo en el juego del español.

El portero de Tigres volvió a dar la nota, pero no por atajarle la pena máxima al exjugador del Real Madrid, quien ya no solo es el capitán de Rayados, sino también el cobrador oficial del equipo.

El nuevo truco de Nahuel Guzmán para intentar poner nervioso al pateador rival fue el de ponerse de espaldas sobre la línea de gol y brincotear, pero el arquero se cansó de hacerlo, pues el árbitro tardó mucho en dar el silbatazo de autorización para ejecutar el disparo. Cuando el argentino volteó, Ramos aprovechó el contacto visual para advertirle, con una seña, que le iba a bombear el balón.

Y Nahuel se comió el engaño, pues se quedó en el centro de la portería, esperando un penal a lo Panenka que no llegó, pues el español de 39 años cobró con fuerza a la base del poste de su izquierda y puso el 1-0 en favor del Monterrey, que encima, jugaba con uno más por la expulsión de Diego Lainez.

Lejos de ponerlo nervioso, Guzmán se dejó ‘comer’ por la experiencia de Ramos, quien a los 52 minutos anotó su tercer gol en el Clausura 2025.

Pese a jugar con uno menos por un buen tiempo y de estar abajo en el marcador, Tigres firmó una épica remontada en el clásico regio.