Una semana estaba dirigiendo a Santos en la Liguilla y a la siguiente estaba firmando con Pachuca. Por supuesto que es “raro”, pero así es la vida de un director técnico.

Al margen de la relación entre dos clubes cuyas directivas son señaladas por detestarse, fue extraño como Guillermo Almada pasó de tener un pie en la semifinal de la Liga MX a ser eliminado, despedido y al poco tiempo firmar con los ‘Tuzos’. Él mismo lo reconoció en su presentación con el equipo.

“Fue raro porque terminamos de jugar el partido contra Tigres y en tres o cuatro días ya estábamos en otra institución. Nadie pensaba eso”, admitió el estratega en la conferencia de prensa. Nos abrió rápidamente la ilusión Pachuca. Entre las propuestas que recibimos, que fueron varias, nos convenció el proyecto deportivo, la insistencia, la demostración de cariño y eso lo pones en una balanza”.

Almada, quien llega con un año de contrato sujeto a objetivos y con la posibilidad de una renovación automática, aseguró que se siente identificado con “los valores que maneja la institución”, pues ve el potencial de apuntar “a la aspiración máxima que es ser campeón”.

Pachuca quedó entre los últimos cuatro lugares el torneo pasado, pero nadie puede negar que el equipo estaba para mucho más y justamente eso es lo que buscará Almada.