Por Héctor Cantú
El partido más atractivo quedó a deber emociones y goles
El primer partido de los cuartos de final entre Pumas y América tuvo de todo, menos emociones y goles, una deuda que ambos equipos, llamados de los más grandes, tendrán con su afición al menos de cara al siguiente partido.
Los abucheos no se hicieron esperar en Ciudad Universitaria, tanto para las Águilas, como para los felinos que al menos, tuvieron más intención de romper la paridad sin goles en casa.
Las opciones más claras fueron para los locales, pero atrás, tanto la zaga, como Guillermo Ochoa, se comportaron a la altura y ahogaron el grito de gol en más de dos ocasiones.
Mucho juego ríspido, pocas emociones entre América y Pumas
América mostró una cara ultradefensiva, jugando con una línea de cuatro que por momentos se convertía en cinco, haciendo prácticamente imposible el tránsito de las jugadas de peligro con dirección al arco de Ochoa.
Pumas, por el contrario, volvió a dejar ver ese futbol que lo llevó a ganar el boleto a esta instancia, pero con menos claridad y efectividad que el fin de semana pasado.
La oportunidad más clara llegó al minuto 86 de tiempo corrido. Higor Meritao fue pillado en fuera de lugar, acción que terminó por anular el gol que ya había convertido a Ciudad Universtiaria en un auténtico hervidero.
Ya en el agregado, Pumas volvió a tener otra oportunidad en la humanidad de Corozo, quien vio cómo su disparo salió a milímetros de separación del poste izquierdo custodiado por Ochoa.
Con este resultado, al América le bastará un empate o una victoria en el estadio Azteca para avanzar a las semifinales. A Pumas solo le sirve un triunfo en patio ajeno para llegar a la antesala por el título.