Por Enrique Gómez
Con los números en Pumas y sus otros equipos, sería imposible que alguien vuelva a creerle
Ahora sí parece imposible que Rafael Puente pueda convencer a otro equipo en la Liga MX.
Si antes de que llegara a Pumas parecía que la carrera del exactor como técnico de Primera División estaba sepultada, sus registros solo empeoraron en su paso por el conjunto universitario, el cual hace unas horas hizo oficial el cese del estratega tras lo que fue la séptima derrota en 12 partidos.
El 28 de octubre, tras la finalización del Apertura 2022 y el cese de Andrés Lillini, el equipo auriazul hizo oficial la contratación del entrenador mexicano para el Clausura 2023. Nadie comprendió cómo un equipo que se dice ‘grande’ como Pumas fichó a un técnico más conocido por su labia que por sus números y al final, el tiempo le dio la razón a la afición, que nunca estuvo de acuerdo con esta decisión.
Afición despide de la peor manera a los Pumas y Rafael Puente
La gestión de Puente inició mejor de lo esperado con dos victorias, dos empates y una derrota en sus primeros cinco partidos, pero terminó en medio de una crisis de seis derrotas en siete partidos.
Aun así, esta no fue la peor cosecha de Puente como entrenador:
Lobos BUAP (2016-2018):
· 52 partidos (18 victorias, 10 empates y 24 derrotas)
· 41% de efectividad
Querétaro (2018-2019):
· 24 partidos (7 victorias, 5 empates y 12 derrotas)
· 36% de efectividad
Atlas (2020):
· 10 partidos (2 victorias, 1 empate y 7 derrotas)
· 23% de efectividad
Pumas (2023):
· 12 partidos (3 victorias, 2 empates y 7 derrotas)
· 30% de efectividad
Total como entrenador:
· 98 partidos (30 victorias, 18 empates y 50 derrotas)
· 36% de efectividad
Universidad es el único equipo que lo despidió sin finalizar al menos un torneo, pues incluso en Atlas alcanzó a dirigir el Apertura 2020, luego de que el Clausura se cancelara por la pandemia del COVID-19.
Pese a que la derrota 2-0 ante Pachuca parecía suficiente, lo que en realidad sentenció a Puente fue lo que dijo al final del partido, donde negó que el equipo tocara fondo, pues "aún se puede caer más bajo".
La palabra, un don que tantas puertas le abrió a Puente, fue su sentencia como entrenador de Pumas, el reto más grande de su carrera y posiblemente el último como técnico en Primera División.
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