Ronaldo Nazario fue parte de aquella camada de estrellas mundiales que llegaron al Real Madrid para converger en lo que después se conoció como la época de los ‘Galácticos’.

Rodeado de nombres de la talla de David Beckham, Zinedine Zidane y Luis Figo, Florentino Pérez construyó a base de millones un equipo que marcó historia y en la que, sin dominar el futbol español y mundial, alcanzaron a ganar dos Ligas de España y una UEFA Champions League.

Ronaldo llegó en 2002 en medio de la controversia. Su pasado con el Barcelona no le hacía, precisamente, el jugador más apoyado por la afición merengue. Después, en 2007, bajo la tutela de Fabio Capello, se marchó al Milan por la puerta de atrás.

Fue su indisciplina y el gusto por la fiesta la razón que llevó al italiano a prescindir de sus servicios en una época donde Ronaldo, físicamente, estaba lejos de ser aquel jugador desequilibrante y magífico sobre la cancha.

“En febrero de 2007 decidí despedir a Ronaldo Nazario, era alguien a quien le gustaba la fiesta e involucraba al grupo a que saliese con él. En Corea, en el Mundial de 2002, pesaba 82 kilos después llegó a pesar hasta 94”, detalló en un evento académico.

Capello confirmó que él mismo aconsejó a Silvio Berlusconi que no fichara al brasileño por los antecedentes que tenía de fiestero. El mandamás en aquel entonces del AC Milan, desoyó las palabras del técnico y terminó arropando al excampeón del mundo con Brasil en Corea-Japón 2002.

Ronaldo solo duró una temporada en el Milan antes de regresar a cerrar su carrera profesional con el Corinthians. Terminó por retirarse en 2011 luego de una carrera brillante, semiopacada por los escándalos extracancha.