Por Héctor Cantú
El presidente culé está decidido a renovar el espíritu del Barça, cueste lo que cueste
En cuestión de días comenzará una revolución en el Barcelona que estará encabezada por el nuevo presidente del club, Joan Laporta.
Ya lo anticipó, no se tocará el corazón y hará lo necesario para renovar la imagen del club que, luego de la temporada 2020-2021, quedó más que deteriorada.
Sus declaraciones anticipan la salida de varios jugadores, hasta quince podrían ser. En esa lista aparecen las llamadas ‘vacas sagradas’ que, para el presidente, se han estancado e incluso han contaminado a un vestidor que encontró algo de músculo joven de la mano de Ronald Koeman.
De esta manera no sería extraño ver que Sergio Busquets, Sergi Roberto, Lenglet, Dembélé, Griezmann, Coutinho, Pjanic, Trincao, Umtiti, Junior Firpo y el mismo Gerard Piqué, terminen por entrar en la lista negra de Laporta.
El plan está en marcha: es difícil que siga Ronald Koeman al frente del club, sobre todo después de haber visto cómo se destruyó el vestidor en el momento más inoportuno, justo cuando el Barcelona tenía todas las posibilidades de ser campeón de LaLiga en sus manos.
Se requiere alguien, también con mano dura, que genere un vestidor unido, alguien de casa, que no sea tan caro y que tenga como objetivo principal devolver el misticismo a un dañado Barcelona que, por momentos, transitó por la desvergüenza.
La línea es clara, o algunos de los capitanes se rebajan el salario, o tendrán que buscar otro equipo dónde puedan jugar. A ellos se unirán jugadores que deseen portar los colores del equipo y que permitan llevar de la mano a las estrellas que están llamadas a ser el futuro del club, todo bajo la tutela de Leo Messi, el principal activo moral y futbolístico del equipo.