Por Héctor Cantú
El equipo de Ronald Koeman se sigue hundiendo jornada a jornada
El Barcelona ha vuelto a tener una noche de pesadilla en su visita al Estadio Nuevo Mirandilla, inmueble donde no pudo enviar la pelota a las redes.
La crisis es insostenible, ya no tanto por sumar tres partidos consecutivos sin ganar. El problema es que el equipo, que meses atrás fuera uno de los más poderosos de Europa, hoy está convertido en una caricatura de su propio pasado.
El Barcelona lo volvió a hacer. Hoy, de morado, repitieron un primer tiempo de espanto donde apenas lograron un disparo al arco rival en los primero 45 minutos.
Los futbolistas de alta talla y de experiencia se han escondido en el ostracismo del equipo, mientras que los jóvenes, contrario a la lógica, han tenido que tirar del carro con muchos apuros y con más ganas que futbol.
Así lo revelan las cifras que colocan como el jugador más importante del esquema de Ronald Koeman a Gavi, quien por momentos tuvo chispazos de buen futbol y acercó a su equipo a una virtual victoria.
Ni Luuk de Jong ni Memphis Depay pudieron hacer daño a un equipo amarillo que se dedicó a contener los embates del rival e intentar dar el puntillazo en un contragolpe a sabiendas de las deficiencias de la zaga azulgrana.
En la segunda mitad, las intenciones del equipo culé volvieron a quedar enterradas con la expulsión de Frenkie De Jong de cara a la recta final del partido, donde la opción más clara la tuvo el equipo local en la humanidad de Sobrino.
Aunque antes de este cotejo el presidente del Barcelona había dado el espaldarazo a Koeman, este resultado pone en serio peligro su continuidad, sobre todo, por el futuro cercano que se le presenta al equipo de la Ciudad Condal.
A dos minutos del final del partido, Memphis Depay volvió a tener una opción clara de gol a pase de Gerard Piqué que abandonó la cancha dramáticamente sin encontrar las redes.
Barcelona volverá a la actividad el próximo domingo cuando reciba en casa al Levante antes de medirse al Benfica en la UEFA Champions League.