Por Héctor Cantú
La operación se cayó a una hora del cierre de la ventana de fichajes
Cuando parecía que el cierre de mercado estaría marcado por la contratación o no de Kylian Mbappé con el Real Madrid, apareció el enroque entre el Barcelona y el Atlético de Madrid.
El futbolista francés había sido llamado para regresar al equipo colchonero en una negociación que prácticamente estaba hecha. Saúl iría al Chelsea, Griezmann cubriría ese espacio en Atlético de Madrid y el Barcelona se haría de los servicios del delantero neerlandés Luuk de Jong.
Pero la operación clave no se consiguió con Saúl y de paso, Antoine Griezmann se quedó en el Barcelona, manteniendo absolutamente todo, como estaba a una hora de que se cerrara la ventana de transferencias.
‘El Chiringuito’ reportó que fueron las condicionales impuestas por Saul Ñíguez las que estropearon los movimientos a tres bandas. El futbolista pedía una comisión para una persona cercana a él que no fue aceptada por el club colchonero.
La decisión habría generado mucha molestia en el campeón del mundo y su entorno, quien veía con muy buenos ojos su regreso al Atlético de Madrid, un sitio donde siempre se sintió más que cómodo.