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Lionel Messi se sincera: "ninguno llegó a ser como Diego Maradona"

Para nosotros los argentinos el ‘10’ es un número muy especial. Hablas del ‘10’ y automáticamente se te viene (Diego) Maradona a la cabeza.

Queríamos ser como él, si bien después ninguno llegó a ser como él, la ilusión y el deseo siempre era ese; intentar y copiar lo que hacía Maradona que era el ‘10’ y era el jugador que admirábamos y veíamos.

Con todo lo que significa para nosotros Diego, por más que no lo hayas visto, o la gente que nunca lo vio, es nuestro referente, nuestro ídolo. Diego es algo muy fuerte, que va a seguir estando por muchísimos años más y no tengo duda de eso.

El ‘10’ siempre era el jugador diferente, todos queríamos ser el jugador diferente, por más que no lo fuéramos, todos queríamos tener el ‘10’, desde chiquitos.

El ‘10’, nuestro, el que caracterizaba el ‘10’ argentino, Riquelme, Aimar, hay pocos o no hay. Yo siempre miraba mucho a Aimar, un jugador que me encantaba su manera de jugar era una persona que admiraba mucho como jugador.

Cuando me tocó estar en el PSG no tenía la ‘10’, yo estaba acostumbrado a usarla de muchos años en el Barcelona, en la Selección, si bien no me importaba y no pasaba nada, sí que extrañaba tener, entre comillas, mi número.

Para mí (Zidane) es uno de los más grandes de la historia, siempre lo admiré, siempre me gustó, lo seguí mucho en el Madrid, lo sufrí mucho en el Barcelona.

Me acuerdo de la época del Madrid, de los Galácticos, de la Copa de Europa que ganaron (…) él siempre fue un jugador diferente, elegante, arte magia, tenía todo.

Me acuerdo mucho del gol al (Bayer) Leverkusen en la final de Champions, el gol de zurda que hace, los goles del Mundial, la final con Brasil, la típica ruleta de la pisada, una jugada contra el Valencia que termina definiendo con la zurda, un golazo.

Los grandes jugadores traspasan la camiseta, el país, era hermoso verlo, a él (Zidane) y a toda esa generación que tenía la Selección de Francia, pero él era diferente.

Nosotros fuimos tocados, tuvimos la suerte de ser elegidos, pero más allá de eso hay un trabajo una responsabilidad, un día a día, donde hicimos ese camino para intentar conseguir lo que conseguimos, disfrutándolo, siempre nos manejamos con respeto y humildad.

Hay que aprovechar las oportunidades y ponerle cabeza, hay muchas personas que tienen mucho talento, pero se quedan en el camino porque no solo va de talento, sino de trabajo, esfuerzo, sacrificio, respeto, suerte.

Yo tenía claro lo que quería hacer, disfrutaba desde muy chiquito y amaba jugar a la pelota. Por mi cabeza siempre pasaba primero el futbol y luego lo demás, hasta que tuve a mis hijos, ellos están por encima de todo.

Cuando uno tiene un sueño, un objetivo la única manera es ir en busca de ello y luchar. Al final las cosas llegan y, obviamente, en el camino es duro y tropiezas muchas veces y las cosas pasan por algo y al final pasa lo que tiene que pasar.

Esto es la vida, levantarse, volver a intentarlo, luchar por lo que uno quiere. No siempre se dan las cosas como uno pretende, pero dar siempre el máximo para intentar conseguir el objetivo. Si das el máximo y lo intentas, el resultado es secundario.

Tuve muchas alegrías, tristezas, pero si se dio así es porque tenía que ser así. Sin duda, la espinita de la final en 2014 en el Mundial, si bien la pude borrar un poco con este Mundial, va a quedar ahí.