Este sábado, Inter certificó el pleno de derrotas de los equipos italianos en las tres finales europeas, condenando al fútbol transalpino a sentir la amarga sensación de haber dejado escapar una oportunidad única.

Primero fue la Roma en Europa League, luego Fiorentina que cayó en la Conference League y por último, Inter en la Champions League. Los representantes de la Serie A dieron el do de pecho, combatieron y pusieron en aprietos a sus rivales, pero no pudieron levantar el título.

Todos se quedaron con la miel en los labios porque estuvieron muy cerca de lograrlo. Los de José Mourinho en Budapest perdieron en penaltis, los de Vincenzo Italiano en Praga hicieron lo propio encajando un gol en el minuto 90 y los de Simone Inzaghi, quizá la sorpresa mayor, rebajaron al City y gozaron de ocasiones claras para alargar el choque hasta la prórroga con argumentos futbolísiticos.

Italia se quedó con la miel en los labios en esta rentable temporada en el fútbol europeo, en el que los equipos demostraron mucho más nivel que en la Serie A doméstica, dejando además el listón más alto posible para encarar la próxima campaña.