El sueño del Manchester United de ganar la Europa League  tenía más vida que nunca, hasta que apareció un error del arquero Onana que vuelve a poner al cuadro inglés contra las cuerdas.

Los británicos tuvieron la victoria en la bolsa. Solo necesitaban esperar menos de un minuto para el silbatazo inicial y terminó fallando en el cierre del partido para conformarse con un empate 2-2.

El duelo ante el Olympique de Lyon fue trabajo, cerrado y con demasiados altibajos para el equipo de rojo que, como visitante, vistió de azul.

Los ingleses tuvieron que reinventarse durante el partido para lograr remontar un marcador que en los primeros minutos había soltado a los fantasmas del equipo rojo.

Un tanto de Thiago Almada puso contra las cuerdas al equipo de Amorim que volvía a encajar la mirada en el césped al saber que las pesadillas habían vuelto.

Pero el cuadro británico jamás bajó los brazos y, por el contrario, se inspiró en las figuras de siempre: Un Casemiro incansable y Bruno Fernandes, el mago que es capaz de destrabar hasta el reto más complicado sobre la cancha.

En los minutos finales de la primera parte un cabezazo de Leny Yoro emparejó los cartones.

Con el mismo dramatismo, los Red Devils habían conseguido darle forma al sueño de quedarse con el marcador a su favor gracias a la anotación de Joshua Zirkzee que desató la locura del equipo visitante.

Pero no contaban con que un nuevo fallo del arquero Onana terminaría por borrar esa sonrisa y dejaría todo tal y como comenzó.

El guardameta no supo guardar en sus brazos un remate lejano, lo escupió y dejó a merced para que Rayan Cherki lo enviara al fondo de las redes y decretara, así, el empate final entre ambos equipos.

Este resultado obliga al Manchester United a ganar en casa para clasificarse a las semifinales, un sueño que no parece tan lejano, pero que hubiera sido más sencillo conseguir con un poco más de atención.