Su nombre no resuena tanto como el de otros compañeros de selección, que defienden escudos con más lustre como los del Manchester City o Liverpool, pero la afición de Inglaterra suspiraba por él y Jack Grealish la cargó de motivos en la Eurocopa.

En ausencia de Mason Mount, quien se aísla por su contacto estrecho con el escocés Billy Gilmour (positivo por COVID-19), al seleccionador inglés, Gareth Southgate, no le quedó otra que recurrir a Grealish para el eje de la media punta.

Ya nunca se podrá saber si lo sacó por devoción o por obligación. Pero el habilidoso volante del Aston Villa se lo ha puesto complicado al técnico para volver a prescindir de él como titular para el resto de la Eurocopa.

A Grealish lo precede siempre el murmullo de la grada, ese rumor de fondo que acompaña a aquellos jugadores especiales que, cada vez que tocan la pelota, nadie puede saber qué harán con ella.

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El media punta tiene un "duende" del que quizá carecen otros compañeros de más renombre en una línea poblada por grandes jugadores en la Selección Inglesa. Buena prueba de ello son las 12 asistencias que repartió esta temporada en la Premier League.

Contra la República Checa, Southgate lo ubicó detrás del ‘9’ Harry Kane, con libertad para barrer todo el frente de ataque.

El volante de contención Tomás Soucek, probablemente el mejor hombre de los checos, trató de anularlo, pero Grealish resultó indetectable en la mayoría de los ataques, al buscar siempre la espalda de su rival.

Se encargó pronto, en apenas 10 minutos, de decirle a Wembley que, a sus 25 años, está dispuesto a tomar las riendas del ataque de los ‘Tres Leones’.

Felicidad absoluta en Inglaterra

Su desborde dentro del área y el pase para Sterling fueron medio gol, que el extremo del Manchester City se encargó de completar.

En la segunda parte, con una Inglaterra más sometida por los checos, apenas tuvo contacto con el balón y desapareció de escena. En el minuto 68, ante una afición en pie que coreaba su nombre, un Grealish sin casi gasolina fue sustituido por otra de las grandes esperanzas inglesas, el joven Jude Bellingham, de solo 17 años.

Aunque en los partidos amistosos de preparación para la Eurocopa ya fue el mejor de los suyos, eso no le había valido hasta el momento para que el seleccionador le entregara minutos. Habrá que ver si Grealish tomará mayor protagonismo a partir de ahora.