Por Héctor Cantú
El jugador mexicano tuvo un partido complicado, pero sigue siendo inamovible en el Tri
México jugará su tercera final consecutiva de Copa de Oro y lo hará en un partido inédito ante Panamá luego de haber dado cuenta, por goleada de 3-0, a Jamaica en la tanda de semifinales.
La Selección Mexicana ha demostrado un ascenso constante desde que Jaime Lozano tomó las riendas del equipo como interino. Tanta ha sido la mejoría que incluso ya se le comienza a considerar como un candidato para quedarse al frente del equipo para el Mundial 2026.
Ante los Reggae Boyz, México dio un partido por nota. Fue efectivo en todas sus líneas, contuvo a una delantera peligrosa y veloz y al frente definió las opciones de gol que construyeron.
Pocos reprobados en este partido donde la alineación titular fue clave para que México demostrara su superioridad sobre el terreno de juego.
El principal señalado fue Uriel Antuna, quien tuvo una noche complicada en la que no encontró el ritmo de juego necesitado. Al final solo se impuso en uno de los cinco duelos que tuvo ante sus marcadores, en parte por la diferencia abismal en lo físico.
Antuna, quien jugó poco más de 70 minutos, apenas superó el 70 por ciento de efectividad en sus pases. En cuanto a disparos al arco rival se fue en blanco y en los centros solo consiguió uno de los cuatro que intentó.
Orbelín Pineda tampoco tuvo una noche positiva en lo personal. Se fue sin lograr un solo centro al área jamaicana y alcanzó apenas el 70 por ciento de efectividad en pases.
Los dos tiros que intentó al arco contrario fueron bloqueados y en cuanto a sus dribles, una de las condiciones más destacadas de Orbelín, también terminó el partido sin haber conseguido uno con éxito.
A pesar de la mala noche de ambos con el equipo tricolor, los futbolistas con pasado Chiva siguen siendo inamovibles en el esquema de Jaime Lozano, quien intentará ganar la Copa Oro número 12 en la historia del Tri.