Por Héctor Cantú
La Selección Mexicana tuvo un descenlace penoso en Copa Oro
La Selección Mexicana de Gerardo ‘Tata’ Martino ha sumado un fracaso más luego de caer en la final de la Copa Oro ante un equipo alternativo de Estados Unidos que no contó con sus grandes estrellas.
Al equipo mexicano le sobra soberbia en la misma cantidad que le falta calidad futbolística y de este gremio, nadie se salva, ni siquiera el propio técnico que en varios pasajes del torneo se vio lento a la hora de hacer modificaciones y quien una vez más, fue superado en la parte estratégica por Gregg Berhalter, su contraparte de las Barras y las Estrellas.
El haber tenido más del 60 por ciento de posesión de la pelota y los 22 disparos al arco no fueron suficientes para poder adelantarse en el tanteador. Ni siquiera Rogelio Funes Mori, quien llegó con bombo y platillo y etiqueta de goleador, pudo ser certero en la noche que más se le necesitaba.
La defensa vuelve a pasarle factura al equipo mexicano que no encuentra quién se haga cargo de esa posición en un buen nivel. Las desatenciones, la falta de comunicación y el deseo inentendible de querer salir jugando en todo momento, llevó al cuadro mexicano a toparse con pared ante un equipo ordenado, con ideas claras y con una estrategia seguida al pie de la letra que le salió a pedir de boca en todo momento.
Jesús Gallardo y Luis ‘Chaka’ Rodríguez no están a la altura y, por el contrario, están lejos del nivel que los llevó a convertirse en futbolistas inamovibles de Martino en la banda. Entre los dos, solamente lograron 8 centros correctos y de peligro de los 15 que intentaron, números deplorables para dos jugadores en los que se basa la generación de futbol de Martino.
¿Cómo se siente perder dos finales en un mes contra Estados Unidos? Vean las caras de México
Orbelín Pineda tampoco tuvo un partido destacado. El campeón del futbol mexicano con Cruz Azul no supo concretar las dos oportunidades claras de gol que tuvo en sus pies y que hubieran cambiado el rumbo del partido.
La Selección Mexicana y Gerardo Martino se toparon con pared para perder, por primera vez en su historia, dos finales consecutivas con los Estados Unidos, ejemplo claro de que las hegemonías han cambiado. El Tri no es más el gigante de la Concacaf.