Por Héctor Cantú
El cuadro bávaro superó los octavos de final sin misericordia
El Bayern Munich se convirtió en el primer equipo en asegurar su presencia en los cuartos de final luego de superar sin misericordia al RB Salzburg con un primer tiempo de antología.
Era muy complicado que el cuadro bávaro tuviera los mismos problemas que en el juego de ida, mismos que le permitieron al cuadro austriaco rescatar un empate en casa. Ahora, en el Allianz Arena, fue cuestión de minutos para que se embolsaran el boleto a la ronda siguiente.
Once minutos le bastaron a Robert Lewandowski para definir la eliminatoria a favor de su equipo. Tres goles en ese periodo dejaron en la lona al equipo visitante que, al final, consiguió un tanto que hizo un tanto más decorosa la goleada hecatómbica.
Con dos penales convertidos al 12 y 23 y un gol fortuito producido luego de un rebote al 23, el delantero polaco se convirtió en el nuevo líder de goleo de la competición al enviar a la segunda posición a Sebastien Haller del Ajax de Holanda.
Con la puntilla en el lomo, el Salzburgo no tuvo más que intentar hacer un tanto más decorosa su participación en esta ronda eliminatoria.
En el segundo tiempo Kjaergaard, de 18 años, descontó cuando ya el partido estaba 5-0 luego de que Gnabry y Müller completaran la faena y la manita para el Bayern Múnich.
A ocho minutos del final, Müller volvió a aparecer dentro del área para rematar un centro por el costado izquierdo para poner el 6-1 (7-2 en el global).
Para no dejar ninguna duda, Leroy Sané se hizo presente en el tanteador a 4 minutos del silbatazo final para poner el último clavo al ataúd del cuadro austriaco.
Con esta exhibición, todas las dudas que llegaron a generarse en el juego de ida, quedaron despejadas. El Bayern Múnich sigue siendo un candidato serio para llegar a la final y hacerse del título continental.