Por Héctor Cantú
El resultado va más allá de tres puntos y el subliderato del torneo
La gesta conseguida por el Barcelona en la UEFA Champions League ante el Benfica ha dejado una secuela de buenas noticias al club.
El equipo de Hansi Flick logró una de las gestas más alucinantes de los últimos años: vino de atrás cuando perdía 3-1 en la primera mitad, y se quedó con la victoria 4-3 en la última jugada del encuentro.
Los tres puntos le dejaron en la segunda posición y con ello selló su boleto a los octavos de final, donde, por haber obtenido ese sitio del que ya no se moverá independientemente de lo que suceda en la última jornada, le permitirá cerrar las eliminatorias en casa.
Otro de los ‘premios’ que obtuvo el cuadro culé tras los tres puntos obtenidos en Portugal fue el evitar el enfrentamiento directo con el Liverpool, el equipo con el mejor rendimiento del torneo, en las siguientes fases. Ambos clubes solo podrían mirarse los rostros en una eventual final.
El tercer premio y, probablemente el más importante, es el haber asegurado 11 millones de euros a sus arcas, un premio que otorga la UEFA a todos aquellos que avancen de fase, cifra que podría incrementar dependiendo de hasta donde sea capaz de llegar el equipo de Flick en las etapas siguientes.
El Barcelona cerrará su actividad recibiendo al Atalanta, equipo que tiene uno de los ochos boletos directos a la ronda siguiente y el cual no quiere perder derivado de una derrota ante el equipo catalán.