Por Héctor Cantú
El británico espera una mejor versión de sí ante Oleksandr Usyk
El peleador británico Tyson Fury está en plena cuenta regresiva para la batalla que sostendrá el próximo 21 de diciembre ante Oleksandr Usyk en la versión de revancha entre ambos peleadores.
Fury está dispuesto a sacarse la espina de la primera batalla y para ello tiene pensada una estrategia que podría salirle contraproducente a la hora de la batalla.
Aunque sigue siendo una incógnita el peso con el que se presentará, hay ciertos indicios que apuntan a que la estrategia de él y su equipo de preparación es llegar mucho más pesado a esta batalla.
La ventaja que Fury podría obtener con esta decisión es volver sus gulpes mucho más contundentes y demoledores, al mismo tiempo que podría tener más masa para aguantar el castigo de Usyk.
Sin embargo, el peligro llega con la posibilidad de que ese peso le quite condición física y le vuelva un blanco fijo.
Esta estrategia ya la puso en marcha con resultados exitosos cuando enfrentó a Deontay Wilder, no obstante, la distancia que existe en la calidad entre ambos boxeadores le puede generar mayor peligro al ‘Gypsy King’.