Por Héctor Cantú
El excampeón de los completos aprendió la lección y ahora es otro
Andy Ruiz Jr. aprendió la lección a la mala. Después de haber conquistado los cinturones que lo acreditaron como el primer campeón de sangre mexicana en la división de los pesados tras derrotar, de manera sorpresiva a Anthony Joshua, conoció el lado oscuro del boxeo.
Bien dicen que no se puede jugar a este deporte. Tampoco se puede coquetear tan de cerca con la fama como lo hizo Andy Ruiz luego de aquella noche donde inscribió su nombre en la historia dorada del boxeo profesional.
Se convirtió en presa de los reflectores, las cámaras y los flashes. Se adentró en el mundo de los amigos advenedizos que solo aparecen cuando se toca la cima. La fiesta, fue una constante y los excesos también. Un escenario bien conocido por varios pugilistas que en un abrir y cerrar de ojos se adentran a este mundo oscuro que es capaz de terminar con sus carreras prodigiosas.
Andy Ruiz ha podido salir de ese lugar que muchos consideran un infierno. Le ha costado dolor, sudor y sangre. Pero allí está, nuevamente listo para recuperar el sitio que él mismo desechó en diciembre de 2019 cuando fue vapuleado por el mismo Joshua.
La nueva versión de Andy Ruiz Jr. promete, y mucho. Ya no es aquel boxeador con un visible sobrepeso y técnica poco depurada. Hoy, bajo el cuidado del ´Canelo’ Team, Ruiz es un pugilista mejor construido: rápido, explosivo, con la misma pegada demoledora, solo que más certera.
Chris Arreola será el examen para un renovado Andy Ruiz que busca una revancha deportiva y personal.
Si sale airoso, podremos pensar en que esa vena de campeón que lo llevó a la victoria ante Joshua sigue intacta y que los mejores días están por venir para ‘The Destroyer’.